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Ramón Rubial: Historia y Memoria
 
   
4.1    De la cárcel a la vida clandestina

4.2    El eslabón entre el partido interior y el exilio

4.3    Ramón y Emilia, mucho más que dos

4.4    La represión de nuevo

4.5    El grupo de Sevilla y los jóvenes universitarios

4.6    El puente entre dos generaciones

4.7    “Conocí a Pablo…” Nace el mito Rubial
  4.6 El puente entre dos generaciones, la vieja y la nueva izquierda
 

En un contexto de crisis de la “vieja” izquierda europea, Ramón Rubial simpatizó con las tesis renovadoras del partido y, predicando con su ejemplo de conducta y sacrifico, fue el mentor para las nuevas generaciones y de sus tesis socialdemócratas.

En agosto de 1970 se celebró el XI Congreso del PSOE en el exilio. Ramón Rubial no asistió al Congreso, pero sus ideas estuvieron bien defendidas por Felipe González. Ante el inmovilismo de Llopis, el joven sevillano propuso una dirección de partido compartida a través de un sufragio. La medida fue aceptada. De ello resultó que nueve miembros de la Ejecutiva podían ser residentes en España: un gran avance hacia la “interiorización” de la directiva.

En agosto de 1972, en el XII Congreso del PSOE en el exilio, celebrado en Toulouse, los militantes renovadores esperaban el apoyo oficial de los líderes históricos. Con mucho tacto, Rubial defendió la vía de del consenso para prevenir una escisión que llamaba a la puerta. Al cabo de unos años, Ramón confesó su frustrado deseo conciliador: “Hice todo lo que pude por convencer a Llopis, porque había mil razones ya para pasar la dirección al interior, pero no fue posible. Llopis no quiso atenderlas.” (Ramón Rubial, 1986).

El XIII Congreso del PSOE, celebrado el 13 de octubre de 1974 en Suresnes, fue el enésimo eslabón para la verdadera refundación del partido socialista. Y, como resultado del simposio, quedó consolidada la nueva Ejecutiva del Partido, “interiorizada” en su totalidad: Felipe González, sería su Secretario General; completada por Nicolás Redondo, Enrique Múgica, Eduardo López Albizu, Txiki Benegas, Juan Iglesias, Alfonso Guerra, Guillermo Galeote, Pablo Castellano, Francisco Bustelo, y Agustín González. La clandestinidad había pasado el testigo a la juventud. Ramón Rubial destacó el alto grado de confianza entre los militantes que despertó González: “Felipe ha ascendido solo, sin necesidad de mi ayuda ni de la de nadie. A todos nos pareció el hombre más capaz de llevar adelante la política del partido.” El espíritu de “la nueva oposición” ya estaba incorporado a la ejecutiva del PSOE.


Ramón no estuvo en Suresnes; pero sí lo preparó
 
"Tuve miedo de pasar la dirección al interior"
En Toulouse, 1974

 

 

 

A mediados de los setenta, el partido ya tenía más diferencias que semejanzas con lo que fue el partido exiliado en Toulouse, el cual no desempeñó ningún papel decisivo en su refundación.

Enrique Múgica vio Rubial como la figura clave que allanó el camino para que la juventud y las nuevas ideas pudieran desarrollarse: “La renovación del Partido se produjo cuando Ramón consideró que había llegado el momento de asumir la dirección desde el interior. Hasta entonces, todas las tentativas que se hicieron, habían resultado infructuosas. Y no es que buscase nada para él, porque coincide su actitud con una retirada temporal de su intensa actividad política. Deja, en definitiva, el paso a los jóvenes… Ramón se había percatado de tres aspectos fundamentales. Primero, que la situación en el país requería nuevas formas de encarar la acción política, lejos del testimonialismo simbólico del exilio; el PSOE necesitaba otra estructura para penetrar en la sociedad. Segundo, la aparición de gente nueva, capaz de dirigir el Partido desde una perspectiva más activa y actual. Tercero, el creciente prestigio a nivel internacional, del socialismo democrático europeo del PSOE a la Internacional Socialista y las relaciones fraternales con los partidos hermanos, era también un factor que se podía aprovechar mucho mejor para el esfuerzo de nuestra imagen dentro de España. Llopis se limitaba, como pude comprobar en el Congreso del SPD alemán en abril de 1970, a cuestiones protocolarias, verbalistas, vinculadas al pasado, y los nuevos dirigentes europeos eran gentes más modernas (…).”

Con la refundación se advino la escisión. En 1976, Llopis y el sector llamado PSOE Histórico fundaron la coalición Alianza Democrática. Una coalición formada por el Partido Socialista Democrático Español, el Partido Laborista de Valencia y sectores de Reforma Social Española. Alianza Democrática se presentó en las elecciones generales de junio de 1977.

El PSOE era una organización preparada para afrontar una nueva etapa democrática en al historia de España, justo un año antes de la muerte de Franco.  La aceptación de la monarquía y el desmarque paulatino del marxismo, entre otras premisas, le convertirían en uno de los partidos socialdemócratas de referencia europea en los decenios posteriores.

 

 
 
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