En febrero de 1978, una vez proclamado Lehendakari, Rubial definió no sólo su visión autonomista de Euskadi, incluso fue más allá: “Euskadi es una nacionalidad. El PSOE así lo ve también. (…) Yo he sido un hombre que he tenido aficiones autonomistas bien definidas, por ellas he trabajado tiempo y tiempo. Estoy adscrito a un partido político en cuyo programa mínimo se habla inclusive de la autodeterminación de los pueblos”. 
Para Ramón Rubial, el autogobierno tenía que comprender unos requisitos básicos: “De acuerdo con mis principios socialistas, el estatuto debe establecer un doble campo de libertades: las políticas, en cuanto a la extensión, y las económicas, en cuanto a la profundidad” (Ramón Rubial, El País, 19 febrero 1978)

Durante la presidencia de Rubial tuvieron lugar las reuniones y negociaciones que configurarían el futuro Estatuto de Autonomía de Gernika, aprobado en referéndum el 25 de octubre de 1979. Ramón creía que la convivencia dentro de España debía basarse en la aceptación de las diferencias entre los distintos pueblos que la forman, y su partido era un abanderado de la pluralidad: “Frente a los planteamientos centralistas defendidos por la oligarquía, el PSOE ha luchado y luchará en el futuro porque se reconozca el carácter plural y diferenciado del Estado Español. Desde nuestro punto de vista, este proceso descentralizador y de potenciación de las Autonomías es perfectamente coherente con la esencia del socialismo, por cuanto que supone una profundización del concepto de democracia, objetivo que se identifica con el socialismo mismo” (Ramón Rubial, mayo de 1977)

Del 15 al 25 de noviembre de 1978, los partidos políticos, instituciones y entidades de Euskadi pudieron presentar sus proyectos. La Asamblea de Parlamentarios Vascos actuó como ponente y coordinador de las distintas propuestas. Con el aval de la Constitución, el 29 de diciembre de 1978 fue aprobado el proyecto de Estatuto en Gernika. Una vez consensuado, tenía que ser presentado en Madrid. El mismo día, el Consejero Juan Echeverría Gangoiti alquiló una avioneta para presentar el texto antes que los representantes catalanes, ya que éstos iban en tren. Así pues, el proyecto vasco se registró a las 19.12 horas, y el catalán, a las 20.23 horas. Con todo, ambos textos se tramitaron simultáneamente y fueron aprobados en referéndum el 25 de octubre de 1979.

El 24 de diciembre de 1978 fue entregado un primer texto del estatuto vasco al Presidente del Congreso, con el fin de que se procediera a su debate en Cortes. Ramón Rubial confiaba que, con la legalización de los partidos, la Constitución y la amnistía de los presos, se avecinaba la integración de toda la sociedad vasca y se configuraría una nueva identidad del pueblo vasco: “Un Estatuto que pueda ser aprobado por la mayoría del pueblo vasco y que pueda ser el inicio de una nueva etapa, en la que, de una vez por todas, podamos afirmar con rotundidad que los vestigios del pasado han desaparecido y que Euskadi cobra su propia identidad. El Estatuto debe marcar el punto máximo de integración en los distintos sectores sociales y políticos de nuestro pueblo” (Ramón Rubial, Discurso de Navidad, 24 de diciembre 1978).

La cuestión navarra apareció en numerosas negociaciones del Consejo General Vasco. El Lehendakari Rubial se mostró favorable en su discurso inicial, y volvió a recordarlo en una entrevista  concedida al diario Deia y publicada el 14 de noviembre de 1982: “Mi deseo personal es que Navarra estuviera integrada en el País Vasco. Pero como eso no es potestativo de mí, sino de los navarros, tienen que ser ellos los que decidan si quieren o no quieren”.

Concierto económico y primeras transferencias

En la Constitución española fueron reconocidos los Derechos Históricos de los Territorios Forales. Hasta el momento, habían sido respetados los de Álava y Navarra, debido a su apoyo al Alzamiento Nacional.

Este instrumento jurídico reguló las relaciones tributarias y financieras de la Comunidad Autónoma Vasco con el Estado. El artículo 41.1 del Estatuto de Autonomía del País Vasco de 1979 define que las relaciones de orden tributario entre el Estado y el País Vasco “vendrán reguladas mediante el sistema foral tradicional de Concierto Económico o Convenios". Y el artículo que le sigue, especifica que la aportación del País Vasco al Estado “consistirá en un cupo global, integrado por los correspondientes a cada uno de sus Territorios, como contribución a todas las cargas del Estado que no asuma la Comunidad Autónoma". El proyecto estatutario pretendía extender el Concierto a las tres provincias de la futura Comunidad Autónoma Vasca. Aunque no fue negociado definitivamente hasta finales de 1980 y, debido al golpe de estado del 23 de febrero de 1981, se tuvo que esperar a la aprobación por ley de artículo único de 13 de mayo.

	Perfilando el Concierto Económico, La Hoja del Lunes, 19 de mayo de 1978	Incorporación del euskera en la administración, El Correo Español-El Pueblo Vasco,, 19 de febrero de 1979	Transferencias del C.G.V., El Correo Español-El Pueblo Vasco,,14 de febrero de 1979

De entre las primeras competencias a transferir, el Estatuto contemplaba la creación de un cuerpo de policía autonómico. Así como la de educación y la potestad de regulación del euskera con el Real Decreto 1049, de 20 de abril de 1979.

Aprobación del Estatuto de Autonomía Vasco, Diario Vasco, 26 de diciembre de 1979

Aniversario del C.G.V., La Voz de España,
18 de febrero de 1979