Ir al inicio Ir a contacto Ir al mapaweb Ir al inicio Ir a contacto Ir al mapaweb
Ramón Rubial: Historia y Memoria
 
   
1.1    La familia de Ramón y el primer socialismo vizcaíno

1.2    Obrero metalúrgico: del taller al sindicato

1.3    Líderes y modelos socialistas

1.4    Ramón, un hombre moderno de los años 20

1.5    Su primera acción política: la huelga contra la Dictadura en 1923

  1.3 Líderes y modelos socialistas
 

Ramón Rubial se afilió al Partido Socialista a los dieciséis años. Era el año 1922 y la Agrupación Socialista de Bilbao estaba plenamente arraigada entre los círculos obreros vizcaínos.  Aquellos jóvenes que entraban en la organización política eran idealistas, admiradores de los líderes socialistas de los años 20: el fundador del PSOE y hombre de gran carisma, Pablo Iglesias; el humanista y fundador de las juventudes socialistas, Tomas Meabe y del hombre de modales muy masculinos, gran retórica y audacia política, Indalecio Prieto. 

Un hito en su memoria: la figura de Pablo Iglesias


Pablo Iglesias y Posee en Sestao 1911

Pablo Iglesias, fundador del PSOE
En Bilbao 1913
En Bilbao 1913

En Barcelona 1909

 


Lentxu Rubial: "Mi padre admiraba la coherencia de los líderes Iglesias y Prieto"


 

Logotipo original del PSOE
 

De su infancia, Ramón Rubial guardó un hito en su memoria, fundante en su experiencia política: la figura de Pablo Iglesias. En febrero de 1911, Ramón acompañó a su padre a un mitin del fundador del PSOE que visitó la ciudad con motivo de la inauguración de la Casa del Pueblo de Pucheta, la primera de Bizkaia. Ramón Rubial, de adulto, rememoró la impresión que tuvo en aquél instante: “Yo tenía cinco años y mi padre me llevó a un acto público que se celebró en la zona minera. Pablo Iglesias se presentaba candidato por Bilbao. No puedo decir que recuerdo su voz, como Machado, porque a los cinco años es imposible fijarse en ese detalle, pero lo que sí me quedó grabado fue su figura venerable”. La gran y esperada intervención fue la de Iglesias, aunque fue seguida de los discursos de Isidoro Acevedo y Facundo Perezagua. Aquella primera emoción en una incipiente sociedad de masas le acompañó hasta el final de su vida.

Meabe, la rebeldía de la juventud y el anticlericalismo

Ramón Rubial, en su etapa de madurez, reflexionó sobre dos de sus referentes o modelos de socialismo en su años de juventud. “Dos formas de llegar al socialismo. Y dos talantes muy distintos”. Ramón Rubial recordaba la comunión de ideas de la que van a beber muchos jóvenes de las agrupaciones socialistas de principios del siglo XX: “El socialismo vasco ha tenido dos facetas muy extraordinarias y hay que darse cuenta de quiénes eran los artífices en los dos aspectos. Por un lado estaba Tomás Meabe. Por el otro, el emisario que envió Pablo Iglesias, Facundo Perezagua, que, como se sabe salió de Toledo, expulsado por el clero porque era un hombre de mucho rigor anticlerical. Se podría decir, por ejemplo, que en las agrupaciones de Vizcaya, primero, el rigor y el anticlericalismo de Perezagua, unido a un hombre que se va del clero, y duda del sentido religioso como Tomás Meabe, que está clamando al cielo, a Dios, la Justicia, y que no aparece por ningún sitio, se convierte en un descreído enorme, y en ese aspecto influye en casi todos los jóvenes vizcaínos, hasta el extremo de que llegan momentos en las agrupaciones socialistas de Vizcaya en que se expulsaba a quien se casaba religiosamente o se expulsaba a quien a sus deudos los enterraba eclesiásticamente o a quien bautizaba a sus hijos”. (Ramón Rubial, Entrevista, Félix Santos)

Tomás Meabe, poeta, humanista y fundador de las Juventudes Socialistas en 1903

En 1923, Ramón Rubial ya era miembro de las Juventudes Socialistas de Bilbao. Su fundador, Tomás Meabe, había cautivado a los jóvenes socialistas con su experiencia personal en los primeros años de siglo; y Ramón, aunque no le llegó a conocer en persona, no fue una excepción. Meabe representaba esa generación de jóvenes que rompió con sus raíces y con una larga tradición familiar de catolicismo.

Meabe atrajo a los jóvenes vizcaínos porque supo expresar las inquietudes de la juventud en forma de rebeldía. En septiembre de 1903, en su artículo Derroteros, hizo un llamamiento a la unión juvenil de la Agrupación: Organicemos para la lucha a la mocedad socialista. Demos entrada al ejército de los nuevos. Busquemos en ellos el acicate de nosotros mismos, la mentalidad ingenua, lozana y acometedora de los verdes años”. Hizo del movimiento socialista una organización muy atractiva para los jóvenes ya que les permitiría el acceso a la culturales. Organizaron todo tipo de actos culturales, así como grupos de interpretación dramático y de lectura. También se apostó por la práctica de un ocio saludable, como el senderismo y los deportes colectivos. Era, además, un movimiento de acción que les imbuía del espíritu político de la época.

Prieto, la fortaleza del pragmatismo y de la oratoria.

A partir de 1910 el socialismo vizcaíno dio un giro notable. La autoridad de Perezagua en Bizkaia se vio truncada por el ascenso de Indalecio Prieto. Para Rubial, gran admirador de Prieto, su llegaba a la Villa fue crucial: Prieto no es ni asturiano ni bilbaíno. Creo que es de todos los sitios. Él amaba Bilbao de una forma entrañable porque, a pesar del accidente geográfico de su nacimiento, aquí se hizo, aquí sufrió y aquí pudo gozar.” (Ramón Rubial, La Gaceta del Norte, 12 de febrero de 1987).

Indalecio Prieto
Indalecio Prieto en Eibar

La combatividad y anticlericalismo del primer decenio fue relevado por el pactismo y el reformismo de la nueva generación prietista. Al parecer de Ramón Rubial, Prieto era un reformista de cabeza fría: “un hombre que inspiraba confianza. Era un revolucionario muy dado a la evolución de los tiempos” (Ramón Rubial, La Voz de Avilés, 17 de marzo de 1985).

Ramón Rubial quedó fascinado por la coherencia ideológica y pragmatismo que desprendía Prieto, el cual supo reconducir el movimiento obrero sin modificar sus tesis: “Hubo una época que se formularon dos tendencias en el seno de la Agrupación Socialista de Bilbao, una defendida por Facundo Perezagua y la otra por Indalecio Prieto seguido por elementos jóvenes. Ambas tendencias en el curso del debate terminaron conociéndose como “pérezaguistas” y “chindangos”. Esta última denominación fue concebida por la gente mayor. En el argot bilbaíno esta frase significaba, se atribuía a la gente un poco de falta de seriedad y de rigor ideológico.  En esa polémica se discutía la necesidad de dar un nuevo rumbo al socialismo vizcaíno. Prieto, que fue un gran polemista, hizo prevalecer sus tesis y ya desde aquella fecha, allá por los años veinte, la influencia de Prieto en los medios obreros ha tenido su asiento. (…) Muchos compañeros han dado mucho por el socialismo; como Indalecio Prieto muy pocos.” (Félix Santos, Entrevista).

La voluntad de Prieto de pactar con el republicanismo liberal para lograr tener representación en las Cortes chocó frontalmente con el concepto de lucha obrera de Perezagua. En 1914, los perezaguistas quedaron en minoría. Aunque era un líder reconocido y destacado, su antiliberalismo cerraba las puertas a un hipotético pacto con los republicanos. Tras ser acusado de pretender dividir el partido, Perezagua fue expulsado de la formación al año siguiente. Fue readmitido en la Agrupación Socialista de Bilbao años más tarde, en 1919, aunque en 1920 la abandonaría definitivamente para fundar el Partido Comunista de España. Fue lo que se denominó “guerra civil” del socialismo vasco, la cual se saldó con la indiscutible victoria de Prieto, líder del sector moderado del partido.

 

 
 
Avda. Ramón y Cajal, 2 BIS - 3ª planta Dpto. 5 - 48014 BILBAO ·Teléfonos: 94 476 38 11 - 94 476 39 15
Ir al inicioIr a contactoIr al mapaweb